Shosuro Maijin

Diario de una dama

10 enero 2009

Nieve

La mañana amaneció fría y luminosa.
El calor de la persona amada calentaba mi piel bajo el edredón de plumas blancas.
Con el valor que da el tic-tac de las horas me levanté de la cama y abrí las ventanas,
una inmaculada nieve se reflejó en mi cara.
Los árboles , la hierba, las casas... todo cubría la blancura fría de la nieve clara.
Me regocijé en el paisaje y volví a sus brazos cálidos.
Cerré los ojos y ronroneé entre las mantas.