Shosuro Maijin

Diario de una dama

03 enero 2006

sábado, septiembre 17, 2005

Perorata


Ya los días se acortan, en estas latitudes. El frío invernal comienza a susurrar en nuestras ventanas, pero aún así los jóvenes salen desafiando al viento, para pasear por las piedras de la necrópolis. Miran los edificios sin percatarse de las múltiples anécdotas que podrían contarle cada uno de los rincones de la ciudad.


Ya nadie escucha el murmullo de las piedras que nos cuentan el pasado

, ese pasado efímero que parece lejano y olvidado.
¿Acaso había algo antes de nosotr@s mísm@s ?
¿No se lo pregunta el pobre Miguelito cuando Mafalda le encuentra observando a la gente que pasa?
Sabemos que algo más ha existido, pero, ¿hasta qué punto somos conscientes de lo efímero de nuestra existencia?
Solo debemos mirar al pasado y comprobar así cuanta gente ha nacido, crecido, reproducido, envejecido y muerto sin que nada ni nadie lo recuerde. Eso es lo que seremos, aunque queramos dejar nuestra huella, ésta es efímera, solo nos recordarán l@s que nos conocieron o l@s que han oido hablar de nosotr@s y luego, es vacío, el silencio de una vida más que solo aporta la continuidad de una línea que le fue dada y, a través de su persona debe trasladar a su vez. No solo será a su descendencia, sino a aquella persona a la que le ha aportado algo, una lección, una palabra, un gesto, un suspiro...