En el silencio de una mirada pierdo
la razón de un beso que se escapa de
tus labios.
Eres mi todo y mi vacío eterno
que se llena con la nada de tus manos.
Mi piel está herizada
ante la posibilidad de que tus palabras
acaricien mi alma.
Me pongo de puntillas,
estiro mi cuerpo a la luz del cielo
y espero, espero, espero...
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